Ya seas un foodie aventurero, un aficionado a la degustación o simplemente busques un tentempié rápido, los restaurantes pop-up te interesan. Aunque el concepto existe desde hace tiempo, ya que se popularizó a principios de la década de los 2000, sigue cautivando a los amantes de la gastronomía en todo el mundo.

Los restaurantes pop-up son interesantes no sólo porque ofrecen una nueva experiencia gastronómica, sino también porque tienen el atractivo añadido de ofrecer platos especializados durante un tiempo limitado. El hecho de que sean temporales ofrece a los propietarios la oportunidad de probar distintos platos y menús, así como de experimentar sin límites.

Y tú ¿podrías abrir tu propio restaurante pop-up? Puede resultar un poco intimidante la idea de montar tu propio imperio gastronómico pop-up. Hay muchas preguntas que hacerse ¿Por dónde empezar? ¿Qué hay que hacer? ¿Cuáles serían los gastos? A continuación, respondemos a estas y a otras muchas cuestiones.


¿Qué es un restaurante pop-up?

Pero, vamos por partes ¿qué es un restaurante pop-up? De forma simple, es un restaurante temporal que abre sus puertas en un lugar determinado durante un breve periodo de tiempo. En ocasiones como parte de un festival o mercado gastronómico, o en un espacio disponible a corto plazo.

La ubicación suele ser uno de los principales atractivos, sobre todo si se trata de un espacio «vanguardista» o inesperado que añade ambiente o crea una experiencia. Un ejemplo sería el Mercado de San Miguel de Madrid. La ventaja añadida de estar situado dentro de un evento significa que se obtiene la máxima exposición con un gasto mínimo de marketing. Si un acontecimiento es popular, se crea expectación en torno al restaurante sin tener que gastarse una fortuna en promocionarlo.

En ocasiones, los jóvenes chefs prometedores abren un restaurante pop-up para darse a conocer y atraer a posibles inversores que les ayuden a abrir sus propios establecimientos permanentes. Sin embargo, los chefs consolidados también se sumergen en este tipo de negocios efímeros para experimentar con nuevos estilos o sabores, o para probar una nueva ubicación.

De vez en cuando, un pop-up puede ser simplemente cosa de un momento oportuno, como en 2012, cuando el chef René Redzepi, del legendario restaurante danés Noma, aprovechó su cierre temporal por reformas para abrir A Taste of Noma como pop-up en el Claridges de Londres durante los Juegos Olímpicos de Verano. Las 3.400 plazas se agotaron en menos de tres horas.


Beneficios de abrir un restaurante pop-up

Entre las principales ventajas de poner en marcha un restaurante pop-up incluyen: menos costes que un restaurante tradicional, menos gastos generales y menor inversión necesaria para empezar. También es una gran oportunidad de bajo riesgo para experimentar y ampliar los horizontes de una manera que sería potencialmente costosa en un local fijo.

Al ser temporal, tienes la oportunidad de probar y equivocarte, ya que, si el local o el menú no funcionan, puedes cerrar y trasladarte a otro lugar para volver a intentarlo modificando lo que no funcionó la primera vez.


¿A qué dificultades se enfrenta un pop-up? 

Puede resultar difícil convertir un restaurante pop-up en un establecimiento que genere beneficios a largo plazo. Dependiendo de la ubicación, puede costar atraer al público, aunque si se abre en un lugar popular y concurrido, puede funcionar a la inversa con muy poca promoción. 

También puede ser duro elaborar una cocina memorable y original en espacios que en realidad no fueron diseñados para ello, sobre todo si los presupuestos implican recursos y equipos limitados. Además, debido a su naturaleza, gestionar un restaurante pop-up puede dificultar la creación de relaciones duraderas con clientes. Por último, crear una experiencia única y diferente en espacios que no están pensados para tal fin puede resultar complejo. 


¿Cómo funcionan estos establecimientos?

Llegados a este punto, cabe plantearse entonces ¿qué hay que hacer para montar un restaurante de este tipo? ¿Cómo funcionan realmente los pop-up? En algunas ocasiones puede tratarse de una idea ya probada que atraiga al público objetivo o de un concepto gastronómico totalmente nuevo y divertido que aporte algo diferencial al panorama de los restaurantes pop-up. Es probable que este modelo de restauración tenga que ver con la innovación, la ambición o con un tema o nicho concreto que se desee explorar. A partir de ahí, sólo hay que pensar en nombres chulos y lugares interesantes que puedan funcionar en el espacio elegido.

Después viene la parte menos emocionante pero fundamental: elaborar un plan de negocio realista para hacerlo realidad. Los restaurantes pop-up no aparecen, así como así, sino que requieren una cuidadosa planificación, especialmente si se necesita financiación para hacerlos realidad.

Pero, volvamos a la parte divertida: crear la imagen de marca en torno a la temática de la cafetería, el restaurante o del propio menú, seguido de probar la comida y empezar a trabajar para ponerlo en marcha. ¿Ofrecerás un menú fijo con platos que satisfagan a todo el mundo u optarás por algo único cada día para que los clientes vuelvan a por más?

Una vez que tengas todas las ideas iniciales concretadas es hora de considerar un lugar donde tu proyecto florezca. Busca ubicaciones que complementen tu estilo y oferta, así como tu público objetivo. 

Cuando lo hayas hecho, es el momento de pensar en los materiales para hacer realidad tu idea. Con esto nos referimos a mesas, sillas, decoración y vajilla, y a si debes comprar o alquilar estos elementos. Por último, hay dos aspectos cruciales en los que pensar, la accesibilidad y el aparcamiento, por no hablar de la contratación de personal y la aplicación de estrategias de motivación para mantener el buen estado de ánimo de tu equipo. 


Cómo comercializar tu restaurante pop-up

Los restaurantes pop-up dependen en gran medida de las redes sociales y del boca a boca para darse a conocer. TikTok se ha convertido en una plataforma vital para impulsar un nuevo restaurante entre la clientela que visita los nuevos lugares de moda.

Si quieres dar a conocer tu marca, también puedes recurrir al marketing de influencers y ponerte en contacto con algunos de los principales influencers de tu sector. Una de las acciones más habituales se basa en invitar a estos creadores de contenido a una fiesta de inauguración o celebrar un evento exclusivo con ellos antes del lanzamiento para generar expectación en torno al menú. Es una buena táctica para conseguir que tu negocio se comparta orgánicamente en las redes sociales.


¿Cuánto cuesta abrir un restaurante pop-up?

Después de todo esto, la siguiente pregunta que probablemente te hagas es ¿cuánto cuesta abrir un restaurante pop-up? Desgraciadamente, no hay una respuesta simple, dado que intervienen muchos factores que pueden variar radicalmente. El alcance de tu ambición será un factor, al igual que la ubicación que elijas e incluso la naturaleza del restaurante. ¿Será un puesto en un mercado? ¿O un food truck? 

Los costes pueden variar desde poco más de 2.000 euros para el pop-up más pequeño hasta más de 30.000 euros si queremos algo más atrevido. No obstante, es obvio que estos costes son mucho más bajos que los de abrir un restaurante fijo.


Medios de pago para restaurantes pop-up

Por último, debes tener en cuenta cómo sería el sistema de pago necesario para tu restaurante pop-up. Debe ser portátil y flexible para adaptarse a tus necesidades y mantener alta la motivación del personal, pero también seguro y fiable en un entorno que puede llegar a ser complejo.

Los restaurantes pop-up atraen a un gran número de clientes, por lo que la solución de pago debe ser perfecta para poder sacar el máximo partido a cada oportunidad de venta. Esto significa ser capaz de aceptar tanto tarjetas de débito como de crédito. Dojo Go permite cobrar a pie de calle con conectividad inalámbrica de forma rápida y eficaz, para que puedas centrarte en las campañas de marketing y en cómo crear una gran oferta para tus clientes.

En definitiva, crear un restaurante pop-up puede ser una experiencia atractiva y rentable. ¿Será 2024 el año en que te unas a esta tendencia gastronómica?

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